A mediados de marzo, cuando los diferentes estados de EE. UU. comenzaron a emitir órdenes de permanencia en el hogar y requerirles a algunos comercios que cierren a causa de la pandemia de la COVID-19, la pastora Graciela Tijerina tomó el teléfono y llamó a cada miembro de su congregación.
“¿Cuáles son tus necesidades?,” le preguntó a cada persona.
Tijerina sabía que era probable que su congregación estuviera afrontando dificultades financieras. Ella es la pastora de la Iglesia Menonita Casa Betania, de Newton, Kansas, una pequeña congregación mayoritariamente hispana perteneciente a la Conferencia de Western District de la Iglesia Menonita de EE. UU.
Los 36 miembros de la iglesia son casi todos inmigrantes recién llegados de México. Muchos que trabajaban como limpiadores de hoteles o en restaurantes perdieron su empleo debido a los cierres. Con pocos ahorros, sin documentos ni acceso a los beneficios del Gobierno, tales como los cupones para alimentos, la pérdida de ingresos podía ser devastadora.
Algunos miembros de la iglesia le contaron a Tijerina que, si bien los bancos locales de alimentos se asegurarían de que no pasaran hambre, su preocupación pasaba por la necesidad de pagar el alquiler de sus viviendas y acceder a artículos de higiene y limpieza. A una madre le preocupaba no poder comprar pañales para su hijo de 6 años, quien padece parálisis cerebral.
La asistencia para la iglesia ya está en camino a través de una subvención provista por el Fondo de Ayuda Congregacional COVID-19. Este fondo se lanzó el 13 de abril a través de una coparticipación entre el Servicio Menonita de Desastres (MDS, por sus siglas en inglés), Everence® y el Comité Central Menonita (CCM) de EE. UU. con el objetivo de ayudar a iglesias anabautistas y afines a enfrentar la crisis financiera desatada por la COVID-19. Desde su lanzamiento, se han recibido más de 300 solicitudes.
Juntas, estas organizaciones han destinado $800,000 al Fondo de Ayuda Congregacional COVID-19, y han recibido más de $12,000 de donantes privados. Serán bienvenidas donaciones individuales adicionales para contribuir al fondo.
Las iglesias pueden presentar solicitudes de subvenciones de hasta $5,000 para ayudarles a atender las necesidades financieras de la iglesia, como los alquileres, los servicios públicos y los salarios del personal, o bien para brindar asistencia a los miembros de la iglesia a los que les está costando cubrir sus gastos.
Se prioriza a las iglesias con diversidad racial y étnica que manejan presupuestos anuales de menos de $50,000 y que sirven en comunidades que históricamente han tenido recursos insuficientes. Una parte del fondo apoyará también a iglesias internacionales a través del Fondo de Ayuda de la Iglesia Mundial, del Congreso Mundial Menonita.
En Brownsville, Texas, la pastora Maria Bennett usará la subvención para ayudar a aliviar “el estrés y la angustia mental” que la pandemia les ha causado a las familias indocumentadas de su congregación, la Iglesia Menonita Nuevo Amanecer de la Iglesia Menonita de EE. UU.
Una de las miembros de esta iglesia, Janira (se omite su apellido por su seguridad), es una madre soltera de cuatro niños que vive en una casa de dos habitaciones. Aun si pudiera encontrar trabajo, Janira debe quedarse en su hogar para cuidar a sus hijos, siendo que las escuelas se encuentran cerradas. Le está costando pagar el alquiler y los servicios públicos.
La pandemia ha aumentado la vulnerabilidad de las personas indocumentadas, dice Bennett. La falta de ingresos, transporte, educación, tecnología y conocimientos del idioma inglés dificulta su capacidad de pagar por las cosas básicas y ayudar a sus hijos con el aprendizaje a distancia.
En Hialeah Gardens, Florida, el pastor Elías Jaime dice que los fondos podrían utilizarse para seguir arrendando el edificio de la iglesia donde su congregación de Hermanos en Cristo de EE. UU. ha estado reuniéndose durante casi 12 años. En abril no pudieron pagar el alquiler.
Las 35-50 personas que asisten al Ministerio Internacional Fuego en la Palabra han perdido sus empleos. Si bien la compañía de arrendamiento los eximió de las tarifas con retraso, la iglesia deberá pagar la totalidad de su renta para continuar reuniéndose en ese edificio en el futuro.
A Jaime también le preocupa que la iglesia ya no pueda solventar los costos de sus ministerios y programas. Antes de la pandemia, la congregación repartía alimentos, agua y productos de higiene de manera periódica a las personas sin hogar del centro de Miami. La iglesia también había estado enviando fondos para ayudar a una nueva iglesia plantada en Nicaragua a construir su propio edificio.
“Sin duda, necesitamos el apoyo,” dijo Jaime. “Aprecio esta oportunidad y estoy agradecido.”
Para el pastor de dos iglesias de los Hermanos Menonitas de California Central, la subvención es una señal de esperanza en tiempos de miedo. Cristóbal Alemán es el pastor de la Iglesia Hermanos Menonita de West Park, que tiene 50-60 miembros. También pastorea a 35-40 miembros en la Iglesia de la Comunidad de Raisin City.
Alemán dice que el miedo es uno de los efectos más fuertes de la pandemia. Muchos miembros de la iglesia, entre los cuales hay personas indocumentadas, sienten una profunda inseguridad tras perder su empleo, puesto que carecen de acceso a la asistencia gubernamental o al seguro médico.
Muchos miembros temen también contraer el virus de la COVID-19, aunque a nadie le ha ocurrido hasta el momento. Alemán dice que cinco miembros le han dado instrucciones, similares a las de un testamento, sobre qué hacer si mueren.
En las iglesias de Alemán, la subvención se usará para proveer alimentos y pagar los servicios públicos de los miembros, brindarle fondos a un pastor asistente de Raisin City que no ha estado recibiendo un salario durante la crisis y ofrecer programas sociales como los dos bancos de alimentos organizados por las iglesias. Pero la subvención también brinda beneficios intangibles, como el sentido de consuelo y comunidad, dice Alemán.
“La subvención ayuda emocionalmente a los pastores,” añade. “No sienten que están solos; estamos todos juntos, somos parte de una familia. La subvención lleva alegría en medio de la pandemia.”
Las personas pueden hacer sus contribuciones al Fondo de Ayuda Congregacional COVID-19 por internet a través del sitio web de MDS: mds.mennonite.net/covid-19-donations. Los cheques pueden enviarse por correo a: Everence Foundation, Attn: COVID-19 Congregational Relief Fund, PO Box 483, Goshen, IN 46527. Para obtener mayor información e instrucciones para hacer una solicitud, diríjase a everence.com/fondo-de-ayuda-congregacional-covid19.
Subvenciones brindan ayuda a iglesias anabautistas que afrontan crisis financieras
Everence news |
Desde el lanzamiento del Fondo de Ayuda Congregacional COVID-19, se han recibido más de 300 solicitudes de iglesias enfrentando dificultades financieras.